El padre que los casó, Luiz Gonzaga da Silva, asegura que no sabía que da Silva es un travesti.
El ayudante de albañil José Ricardo Rocha, de 18 años, y su novio, Rogerio da Silva, de 26, contrajeron matrimonio el pasado 21 de noviembre en Caetés, una ciudad del interior del estado de Pernambuco, en el noreste del país.
El padre que los casó, Luiz Gonzaga da Silva, asegura que no sabía que da Silva es en realidad un travesti.
Ahora, la iglesia acusa a la pareja de haber embaucado al religioso y asegura que anulará la validez de la ceremonia.
Allegados al párroco, que pertenece a la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa, dijeron al diario Folha de Sao Paulo que Rocha y Da Silva habían presentado documentos que mostraban que éste último era una mujer.
"Fuimos engañados, esto nunca había ocurrido en los 43 años que la iglesia lleva acá en Caetés, vamos a llevar el caso a la policía", aseguró José Antonio da Silva, portavoz de la iglesia.
Boda soñada
Por su parte Rogerio da Silva, conocido como Paloma, aseguró que no aclaró que era hombre porque no lo consideró necesario.
Sólo hace falta mirarme para darse cuenta. Además, todo el mundo en la región me conoce y sabe quién soy
Rogerio da Silva, conocido como Paloma
"Sólo hace falta mirarme para darse cuenta. Además, todo el mundo en la región me conoce y sabe quién soy", aseguró.
Da Silva, quien vistió un largo vestido blanco de cola para la boda, afirma que la pareja pagó unos US$105 para que la ceremonia se realice.
Además gastaron otros US$1.200 en la fiesta, que se realizó en un club de la ciudad de Saloá, de donde provienen los novios.
A pesar de que la iglesia amenazó con anular su casamiento, Da Silva dice no arrepentirse.
"Lo que importa es que estoy con el hombre al que amo. Realicé mi sueño", aseguró.
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