Las autoridades de la capital financiera brasileña y la petrolera estatal, Petrobras, han apoyado la iniciativa. “Esta es la diversidad que el país quiere, la diversidad que tenemos que estimular como un país que busca un nicho turístico entre la comunidad gay”, ha declarado desde uno de los camiones la ministra de Turismo y anterior alcalde la ciudad, Marta Suplicy.
La marcha se ha convertido en una importante fuente de ingresos para la ciudad y para el turismo brasileño, ya que, según los consultores de Insearch, los gays brasileños tienen una media de ingresos superior a la media y gastan más en ocio. Pero la Federación de Comercio de São Paulo (Fecomercio) ha apuntado que el 40% de los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales son discriminados como consumidores. Por ello, los organizadores de la marcha pondrán en marcha con Fecomercio una etiqueta que certificará que los comercios son respetuosos con la diversidad de raza, origen étnico, diferencias físicas y orientación sexual.
La visita del Papa a Brasil, el mayor país católico del mundo, atrajo a menos de un millón de personas. En aquella ocasión, Benedicto XVI criticó la homosexualidad e hizo un llamamiento a reforzar los valores de la familia tradicional.
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